Jo-jo-jo-jo...
El pavo de navidad me está mirando. Dentro de una bolsa de plástico, yace sobre la mesilla de la cocina. Dice que tiene nueve kilos de peso. ¿De carne o de hielo? No lo sé. A su lado se yergue una cristalina botella de pisco, y un par de jeringas hipodérmicas, que lo acompañan, parecen decir “¡Tengo sed!”. Más allá, con un talante más bien tristón, están diseminados un manojo de pasas y castañas.
Especias convertidas en polvitos multicolores salpican aquel escenario. Junto a ellos, un cuarto de kilo de carne molida de res y otro tanto de cerdo se aprestan a dar su cuota para que, a la media noche y con unos villancicos acariciándonos los oídos; el ave de la nariz colgante regale a nuestros paladares sus deliciosos sabores. Pero, a diferencia de años pasados, cuando las campanas anuncien el nacimiento del niño Dios, no habrá cajitas de regalos bajo el árbol de navidad. ¿Por qué?
Cierta vez, Miluska, mi encantadora hija, me preguntó si, de verdad, Santa Claus existía. También, si era cierto que en las navidades arriaba su trineo desde el polo norte, repartiendo regalos para los niñitos de todo el mundo. Ella tenía siete años de edad, y mientras me petardeaba con aquellas preguntas, sus ojitos le brillaban con cierta picardía. Yo estaba seguro de que esa chiquilla (con pensamientos de viejita) algo sospechaba. A su lado, Mauricio, mi hijo, con dos años menos, tenía los oídos muy atentos, y una enorme dosis de inocencia dibujada sobre su rostro. Yo no sabía qué responder. Sólo se me ocurrió decirles:
—Cuando dejen de creer en Santa Claus, los regalitos dejarán de llegar a esta casa, y el arbolito navideño sólo estará acompañado de adornos y lucecitas.
—¡Yo creo en Santa Claus, papá! —dijo al instante Miluska.
—Yo también…, —acotó Mauricio.
Habían entendido el mensaje.
Sin embargo, hoy, siete años después, algo de mi profecía se ha cumplido. No es que hayan dejado de creer en el barbudo visitante. Es peor: han comprobado que el rollizo personaje nunca había existido.
Cada navidad, con Amanda librábamos una prueba de imaginación. Luego de comprar los obsequios para nuestros hijos, los situábamos en algún recóndito lugar de la casa. Y treinta segundos antes de la media noche, los hacíamos “aparecer” debajo del arbolito: todo un despliegue de ilusionismo.
Algunas veces, Miluska y Mauricio tomaban la decisión de “esperar” al misterioso Santa Claus. Querían ser testigos de su llegada y, con él, de los regalos que les traía “bajo el brazo”. Le aguardaban sentados en los muebles de la sala, mirando al arbolito y sin ocultar los bostezos. Felizmente, nunca lograron vencer al dios Morfeo. Él derramaba sus polvillos mágicos, y los párpados de nuestros vástagos caían abatidos, diez o cinco minutos antes de que las agujas posen abrazados sobre el número doce del reloj.
En aquel preciso instante, con Amanda volábamos al baño del patio de la casa o a la maletera del automóvil o a la última gaveta del closet de nuestro dormitorio. Y sacábamos los regalos “de Santa Claus”. Sigilosos, los depositábamos a los pies del arbolito. Luego, con alboroto y levantando el volumen de la música, les despertábamos diciendo: “¡Miluska, Mauricio, Santa Claus ya dejó tus regalos, están allí!”
Ellos abrían sus ojitos. Desconcertados, corrían y se tiraban al piso. Buscaban las cajas que llevaban sus nombres. Seleccionaban los que les correspondían. Y con ansiedad, los abrían para descubrir qué les había traído el viejito bonachón quien, suelto de huesos, entonces reía a través de la radio: “Jo-jo-jo-jo…” Eran instantes maravillosos.
Este año será distinto. Miluska acaba de confesarnos que hace tiempo, sin querer, comprobó que Santa Claus nunca había existido. Dice que en una ocasión, horas antes de la Nochebuena y a través del celular, recibió mi llamada. Le pedía que nos abra la cochera: con Amanda, llegábamos en el automóvil y el pavo de navidad horneado. Y mientras le hacía aquella solicitud, escuchó a lo lejos y por la misma línea la voz de Amanda, quien me decía: "Los regalos de navidad están en el baño del patio de la casa..."
Cuenta Miluska que tan pronto cortó el teléfono, corrió a ese lugar. Abrió la puerta, y se topó con unas cajas forradas con papel de colores relucientes. Miró en redondo. Le pareció haber encontrado un tesoro: ¡Había dado con los “regalos” de Santa Claus! Impresionada, se llevó las manos a la boca. Lo pensó... Y decidió guardar el secreto, hasta hoy, cuatro años después.
Cuando Miluska terminó de relatarnos aquella historia, un pesado silencio cayó sobre nosotros. Mauricio se quedó sorprendido. Amanda y yo, mudos. Al cabo de unos instantes, reaccioné. Y sólo se me ocurrió soltar una carcajada: “Jo-jo-jo-jo…”
Comentarios
besos con champagne
Beso!
Un beso.
UN ABRAZO GRANDE Y MUCHA MAGIA.
MAR
Para los buenos momentos, Gratitud. Para los malos, mucha Esperanza. Para cada día, una Ilusión. Y siempre Felicidad. Esto es lo que te deseo para el 2009,amigo!
Besitoss:)
º^^^^^^^^^^^^ºº^^^^^^^^^^^^º
Simpleza de la vida... Un día comun...
como cualquier otro,la diferencia radica
en que un sentimientolo hace especial...
Un sentimiento que hace ver la vida de otra manera,
que enseña a percibir la calidez de las cosas simples...
Un sentimiento que nosembarga el alma
y nos transporta a la gloria...
Que nos da fé y esperanza, fuerza y certeza...
de que lo bueno esta por venir....
º^^^^^^^^^^^^ºº^^^^^^^^^^^^º
Te dejo un beso grande y te deseo un Feliz Año Nuevo, espero que todos tus sueños y anhelos se te hagan realidad en el 2009, buenas noches, Estrella.
Tu blog interesante que voy a desenvolver con detenimiento.
Mis mejores deseos de estabilidad interior y armonía para ti y lo tuyos, recibe un abrazo.
Beatriz
gracias por leerme (creo que eres el primero desde el otro lado del charco que lo hace)
besiños
Felices fiestas atrazadas...y buen año 2009...
(te pongo de entre mis blog favoritos)
cuando yo viaje a la selva me kede cnversando con un niño y le pregunte si creia en papa noel y me dijo q si y luego puso una carita de desconcertado y me pregunto...
"q, no existe?"
le tuve q decir q si xq kien soy yo para matar las ilusiones de otras personas
espero q tengas un feliz año nuevo^^
Jassy: Gracias, seguiré siendo Papa Noel para mis "nenotes". Tal vez, mejor si subo unos kilitos de peso. jajaja. Saludos.
María: Quedas invitada a darle un vistazo a este blog. Es tu casa. Feliz navidad para ti, también.
Mar: Gracias, jo,jo,jo. Con mucho afecto, que el nuevo año te traiga cosas mejores. No seguimos leyendo.
Estrellita: Eres dulce. Que pases de maravilla la llegada del nuevo año. Saludos.
Pat'os: Gracias, amiga. Que el nuevo año venga con el escenario propicio para que lleguen a ti muchas cosas maravillosas. Saludos.
Estrellita: Si, las cosas más simples, al lado de nuestros seres queridos, hacen que un dia de navidad sea mágico y encantador. Gracias otra vez.
Rincón de Relax *Beatriz*: Este blog es tu casa, las puertas siempre estarán abiertas. Nos seguimos leyendo.
Rogger: Gracias por tus generosas palabras. Es verdad, cada quien vivimos nuestras propias "navidades".
De pequeños, con mis hermanos, descubrimos, dos meses antes de diciembre, los regalos de "Santa Claus" escondidos en un baul de mamá. Cada vez que ella salía de casa, los sacábamos (eran tres tractores de plástico) y nos poníamos a jugar. Luego, calculando que ya podía estar de vuelta, los devolvíamos al lugar.
El 24 de diciembre, al recibirlos "oficialmente", cada quien ya sabíamos cuál era el que nos correspondía :)
Helen: Si, algún dia tenían que descubrir la verdad. Aunque ahora, luego de haber leído la crónica, me han dicho que hubieran preferido que la magia continúe. Bienvenida. Nos seguimos leyendo.
Luis Angel: Gracias por tus palabras. Cuando tengas tus vástagos, estoy seguro que harás eso y mucho más :) Tal vez, hasta de dizfraces de Santa Claus. Claro, tendrás que engordar un monton. jajaja Saludos y un abrazo.
Y que el nuevo año te traiga más ideas y mejores oportunidades. Un abrazo,
Luis Torres: Gracias, amigo. Ya eres un favorito. Creo que esa "mentirilla" hubiera sido muy creíble, tanto más si don Santa Claus aparece en televisión, revista, diarios, etc. Saludos.
Lao: Gracias por tus palabras. Es verdad, creer en Santa Claus no hace mal a nadie. Al contrario, alimentan nuestros sueños e imaginación, tanto que, de maayores, son los que evocamos con mayor ternura. Nos seguimos leyendo.
Blue Fairy meets Gepetto: Claro, tienes que decirle la verdad, algún día. Pero, te pido que hagas todo lo necesario para que esa fecha sea lo más lejana posible. Salugos y nos seguimos leyendo.
Saludos y un abrazo,
saludos nuevamente...
Es triste el momento en el que se acaba la magia. Yo descubrí a mi madre practicando el lanzamiento de regalo con unos 7 añitos. De todas formas, no me importó. Ahora soy yo Santa Claus. Sin ocultarme y sin vestirme de rojo, lleno cada año el arbolito de regalos para todos, aunque algunos no los quieran.
Biquiños.
Saludos!
lástima que en algún momento termina........
un abrazo enorme y lo mejor para tí y los tuyos en este nuevo año!!!!!!!!!
esperoq ahays pasado un feliz añoooooo!
besos
,.•´¨`•.( -.- ).•´¨`•.,¸
`•--•-¨( “)(“ )¨-•--•´ ¡ Qué raro y maravilloso es ese fugaz instante
en el que nos damos cuenta de que hemos descubierto a un nuevo amigo !
QUE TENGAS UN BELLO DOMINGO , TE DEJO MIS SALUDOS Y BUENAS NOCHES
Espero que también hayas pasado una feliz navidad.
Me gustó este texto, es tierno, y muy sincero. También el de Tula Rodriguez, si que estuvo cómico eh.
Saludos desde Piura.
Un abrazo.
y que continuen los exitos.
Richard.
Tienes un estupendo Blog te enlazo al mio para no perderme nada.
La magia de papa Noel a pesar de esta desilusión siempre seguirá existiendo.
Un abrazo.
pasé,leí y me gustó
Con el debido respeto, creo que la etapa en que creimos en tántas fantasías, nos dió fuerzas para enfrentarnos con la vida.
En lo personal, ante las visisitudes, trato de remontarme a aquéllos tiempos y rescato pedazos de magia
buen año
Luis Torres: Hola, amigo. Ya eres familiar para mi. He visitado a pirucho. Tiene cosas simpáticas. Entré también a tu blog alternativo. Me divierte más. Saludos.
Roxana Miriam González: Gracias por visitarme. Estas en tu casa. Espero también que le nuevo año sea muy generoso contigo.
Chío: Amiga, qué hermoso sería que nuestra niñez se prolongue. Pero, aveces conseguimos que el niño perviva en nosotros. Feliz año para ti.
Hola, Estrellita: Este blog es tu casa. Siempre serás bienvenida. Gracias por tus palabras.
Richard Chavez: Amigo, perdí tu link. Lo recuperé y me dió gusto leer tu entrada sobre la navidad. Saludos,
Hola, Caperucita. Gracias por tus palabras. Tú ya eres una de mis favoritas. Te sigo leyendo.
Trifulca: Bienvenido. Gracias por tus palabras. Es verdad. Ese espíritu infantil nos acompaña durante toda nuestra existencia. Dicen que muchas de las cosas que afloran en nuestra vida adulta, tiene sus causas en la niñez. Hagamos que quienes viven esa etapa, lo disfreten. Saludos.
sólo paseaba por aquí y quería dejarte un abrazo y un deseo de buen fin de semana...........
Llegue ti a través del blog de Lao
Me gusta mucho lo que veo que has escrito, en general.
Los últimos relatos hablan de una persona de bien que le da a la familia el lugar que en éste momento tánto hace falta que se le de
Los jóvenes -Y a veces los que no lo son tánto- necesitan saber que se puede, y no digo que es fácil. Tampoco es fácil estudiar una carrera universitaria, llevar el sustento diario a la mesa y muchas otras cosas a las que no renunciamos tán a la ligera como se suele hacer, ante los primeros inconvenientes
Gracias por el aporte que das
saludos
Sería bueno si el encantamiento que produce la fantasía de esas fechas, nos pudiera acompañar durante toda la vida.
Pero cuando van pasando los años y comienzan las pérdidas, suelen ser tiempos de profunda nostalgia que nos arranca más de una lágrima
Claro que para contrarrestar ese efecto uno puede utilizar diferentes recursos, como leer lindos relatos como los tuyos, trabajar en preparativos, tratar de disfrutar de las ornamentaciones que se nos cruzan...en una palabra, aturdirse y evadirse un poco para seguir adelante sin afectar al entorno que está feliz.
Después de todo, la cruz es personal
Me gustó pasar por acá
Soy un apasionado de la literatura y de la poesia en particular aunque intento leer todo lo que cae en mis manos :)
Me encanta aprovechar los momentos que tengo de relax para leer un poco ya sea con libros, o por internet en blogs como este.
Tengo una web donde se puede comprar libros y donde yo suelo cogerme alguna cosilla sin la necesidad ni tan siquiera de salir de casa. Es muy comodo y facil. Espero que os sea de vuestro agrado. Un saludo y hasta pronto.