Ada, el renacer de una estrella


Al filo de la media noche y antes de subir al escenario, Ada está de miedo. En breves segundos y a través de aquellas torres de sonido, anunciarán su nombre. Y Ada Chura, después de cuatro años de ausencia, se reencontrará con su público. Siente una leve sequedad en la boca. Se acomoda la blusa, los aretes. Ahora, las botas. Lo hace con fascinación casi maníaca. Siente temor.

Así fue desde su debut en el olvidado pueblo de Pichanaki de la selva central, en octubre de 1999, cuando se presentó como “telonera” del grupo boliviano “Enlace”. Lo mismo ocurrió en el estadio de Guadalupe de la panamericana norte, en Lima, apenas tres meses después, cuando ya en el pináculo de la fama y ante más de treinta mil almas embriagadas; recibió el nuevo milenio, codo a codo, al lado de los afamados “Agua Marina”.

“¡Señoras y señores…!”, se oye decir a través de los altoparlantes. Y Ada, al pie de la escalinata que la devolverá ante su público, está hecha un manojo de nervios. Ni en Huancayo donde hoy se encuentra y que siempre ha sido una plaza generosa para ella, puede dejar de sentir esa angustia.

Fue allí, en esa ciudad de la sierra central del Perú, donde se dieron los hechos que, después, los diarios sensacionalistas de los años 90 se encargarían de falsear. Un avisado promotor tuvo la gananciosa idea de hacer coincidir por primera vez a Ada y Rossy War en un escenario. Ellas aceptaron de muy buena gana. En realidad, nunca habían tenido diferencias. Rossy War cantó, mejor dicho, ronroneó al mejor estilo de Ana Gabriel. Pero, la voz maravillosa y sin émulo de Ada nunca pudo llegar: aquél promotor la tenía contratada para presentarse previamente en un lugar cercano. Y la sincronización, que en estos casos suele ser de relojería fina, falló. Fue suficiente. Al día siguiente la prensa amarilla anunció sin temor alguno: “Ada arrocha a Rossy”, “Bronca de reinas”, “Ronquita asadaza con Ada”.

“¡Señoras y señoras…! ¡Esta noche está con nosotros…!”, se escucha la voz engolada del animador. Y Ada quiere saltar al escenario. Sabe que una vez allí ese temor quedará diluido como un puñado de azúcar en la inmensidad del mar. El público, que aún no la ve, empieza a corear su nombre: “¡Ada, Ada, Ada…!” Son los fans de siempre, quienes nunca la abandonaron. Ella los recuerda, sobre todo a sus legiones de Huancayo, Cusco, Cañete, Arequipa, Puno, y Tacna. ¿Cómo podría olvidarlos?

La relación de Ada con sus fanáticos siempre fue intensa. Cuando Ada, en la cúspide la popularidad, pagaba a una radio limeña ocho mil soles mensuales por una hora diaria de programa para la difusión de sus canciones (según la práctica habitual de los artistas más exitosos de la época); sus fans de provincias hacían lo propio con las monedas de sus propios bolsillos. Cuando Ada decidió buscar mejoría económica sin intermediarios y “rompió palitos” con aquél promotor ambicioso, y éste, en venganza, dejó suelta en plaza a la “Ada bamba”; los fans de Cañete no dudaron en trasladarse a Lima y hacerle la vida imposible, “a cuadritos”, en cuanto lugar público se presentaba. ¿Qué culpa tenía ésa pobre chica?

“¡Señoras y señoras…! ¡Esta noche, con nosotros, nuevamente, la auténtica reina, la única…!”, dice el locutor al borde del paroxismo ante ese público excitado. Y a Ada le parece ayer aquel día de agosto de 1999 cuando, antes de iniciarse como “Ada” en el mundo de tecnocumbia, decidió abandonar la heladería “el Pingüino”, allí en Iquique - Chile, donde laboraba. De vuelta en el Perú, el camino que la llevó a la gloria no fue fácil. Sin trabajo, con una nena a quien mantener, a cambio de treinta soles por presentación y con temor; aceptó cantar en un restaurante campestre de su Tacna natal. Tres fines de semana fueron suficientes para que esa melódica voz, venciendo los más de mil trescientos kilómetros de anonimato, arribe a Lima. De inmediato grabó los éxitos que después serían himnos para sus seguidores: “Te arrepentirás”, “Llorando tu partida”, entre otros. Después, el camino a la fama, de “telonera” y principiante en Pichanaki, a megaestrella exclusiva en el Jardín de la Cerveza en Cusco; discurrió como por un tubo.

El público está vibrando con su nombre. Ada se apresta a subir al escenario. Sorpresivamente, se le aparece una humilde señora. ¿Por dónde ingresó? “Ada, mi hijita está con cáncer y no tengo plata. Ayúdame por favor…” le implora con los ojos llenos de lágrimas. Ada la mira. Ahora la abraza con cariño y pena. No le importa que la estén llamando con insistencia desde el entarimado. “Toma, mamita…”, le dice alcanzándole un billete doblado de veinte soles que saca de algún lugar secreto, en la cintura. No tiene más. Así ocurrió siempre. Esas madres necesitadas lo saben. En los aeropuertos, en las puertas de los hoteles, hasta en su casa, allá en Tacna, nunca faltaba alguien clamándole socorro. Y Ada, además de su prodigiosa voz, tenía dólares para todos.

“Ya mamita…”, le dice Ada apenada. La besa en la mejilla. Y acto seguido brinca al escenario que estalla en aplausos. Y con nuevos bríos, después de cuatro años de ausencia, como el ave fénix que renace de sus cenizas, regresa Ada, la voz que acaricia.

Comentarios

Anónimo dijo…
Me gusto esta cronica.
Momeeeeeeento,sé que como tacneño estarás más que feliz y contento con tener una intérprete que tuvo un poco de fama hace tiempaaazo, no tengo nada contra la música que ella hace, ni contra ella misma, pero tienes q ser realista y aceptar q esa señora no cantaba naditaaa, ponte la mano en el pecho, deja los sentimientos de lado y vuélvete más crítico...ella no cantaba, podía interepretar bien algunas canciones, pero su voz no vende, es fingida, no es ella misma, x eso la fama asi como le llegó se le fue.
Y con respecto a su lado humano, pues es indiscutible, nunca falta quien te moje los pies con sus lágrimas para pedirte tu apoyo (económico) y ella supo salvar bien la situación (pero imagínate si la hubiera choteado!! al dia sgte en los diarios: "Ada se jura diva" "Ada choteó paisana" "Ada es sobrada con sus fans" etc, etc, etc)

En conclusión interpreta bien, es muy humanitaria pero no canta
NA-DI-TA.

Dennisa--->virgen de la cumbia (jajaja)

PD:...ella fue la tuvo un roche con sus hijos y los dejó con su mamá porque tenia que trabajar y al final la abuela se quejó porque no tuvo responsabilidad con ellos??....mmm...
Anónimo dijo…
A mí me encanta la voz de Ada. Creo que es la mejor voz... de lejos. Ojala tenga suerte en su retorno.

Lucy
Anónimo dijo…
Me gusta la Ada, canta de la putamare. Esa voz arrulla, acaricia, pajea. Sue�o cuando la escucho, s�lo cuando la escucho.
Anónimo dijo…
me encanta el tema llorando tu partida
http://youtu.be/s750Xr1GGIg

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