El oficio más antiguo


Yésica ha publicado un aviso en el diario: ofrece tener sexo contigo, dice que es una encantadora trujillanita, de diecinueve años, alta, clarita, quebradita, alegre, súper complaciente, dispuesta a satisfacer tus fantasías y brindarte trato de enamorados. Concluye con una invocación: “Llámame, no te arrepentirás amorcito”. Acto seguido, en letras más grandes, te regala el número de su celular.


Como ella, hay una variedad de damiselas que ejercen eso que algunos prefieren llamar el “oficio más antiguo”. Aprovechando la tecnología de las comunicaciones, te ofrecen sus servicios en las formas más ocurrentes. Si es verdad lo que dicen de sí, casi podríamos clasificarlas.


En el primer rubro estarían, por ejemplo, las ILUSTRADAS. Es el caso de Kasandra, quien además de hacer referencia a sus prodigiosos encantos corporales, dice que es «educadita». También, Priscilla quien como parte de su currículum vitae, señala que es una súper sexy muñequita “universitaria”. Aunque, claro, esta forma de hacer publicidad va a contra-corriente pues para estos propósitos, muchos preferirían al tipo de fémina de cualidades opuestas: a las “chicas malas que hacen cosas buenas” o a las “malcriadas”, como también las llaman. El segundo grupo lo conformarían las ENAMORADAS. Aquí destaca Maritza quien dice que está dispuesta a complacerte “como pareja”. De igual modo, Lucero quien afirma que “no te apura”. O Kenita quien además de ser súper cariñosa y quebradita, ofrece prodigarte «trato de enamorados», aunque sea sólo por media hora, o una hora, según el rin-rin de tus bolsillos.


El tercero sería un grupo especial: el de las VALE-TODO. Aquí aparece Magali, deliciosa charapita que está preparada para hacer “dúos, tríos, etc.”; o Vanesa, decidida a complacer “todas tus fantasías que se puedan”; o Ashly, dispuesta a cumplir “con pasión todos tus deseos”; o Kristal, sexy fogosa “devoradora” del Amazonas. Y, finalmente, las RESERVADAS quienes, como Lucy, te darán placer “con absoluta discreción”, o Karina que además de calidad, te brinda “absoluta reserva». Si alguien piensa que estos anuncios sólo aparecen en nuestro medio, se equivoca. Basta tener entre manos algún diario capitalino, inclusive el llamado Decano de la prensa nacional, para darse cuenta que las ofertas son, más bien, escasas por el sur. Ahora, si cruzamos nuestras fronteras, el asunto es más sofisticado.


Recuerdo que en Barcelona, caminado por la espaciosa avenida Diagonal, aquella que divide en dos a la capital catalana, en un centro comercial, me topé con una gigantografía a todo color. Con el rostro de una hermosa mujer como fondo que, presumí, correspondía a la del aviso, decía: “Nuria: Rubia, de ojos azules, color de piel que tú quieras, cara tipo 7 y cuerpo tipo 4 & 5, haz con ella lo que mejor os apetezca y por el tiempo que os plazca. Pago único. Ven por ella: tercer nivel, B-4055”.


El aviso cautivó mi atención. Era evidente que la tal Nuria ejercía el “oficio más antiguo”. Y vaya forma cómo lo promocionaba. Sin embargo, no entendí eso de que tenía el color de piel “que tú quieras”. Tampoco, aquello de que haz con ella “lo que mejor os apetezca”. Menos, eso de “el tiempo que os plazca y por un pago único”. ¿Será una esclava moderna, con tarifa plana?, se me ocurrió.


Con la libido al tope llegué a la dirección y mi curiosidad, por cierto, estrictamente académica (ojala nadie lo dude), quedó despejada: Nuria y sus amigas eran muñecas de plástico, dispuestas a sustraerte del club de los amantes solitarios. Ya las había visto en un sex shop de Madrid. Sin embargo, Nuria y sus compañeras eran especiales: parecían mujeres de verdad, perdón, eran mejores que las de verdad. El pelo, los dientes y, sobretodo, la tesitura de la piel que exhibían, eran perfectos (se las podía tocar).


Allí estaban desnudas, luciendo sus insinuantes formas y sugestivas prendas íntimas. Lo único que las delataba era la mirada fija e impersonal que, por lo menos a mí, me turbaba. Eran parte de la producción de Real Dolls, empresa que las fabrica en serie, en el ámbito mundial. La tienda era una agencia donde, dispuestas en las vitrinas y catálogo en mano, las vendían cuidadosamente encajonadas, prestas a cobrar vida para ti. “Tu felicidad está garantizada. Escógelas y serán tuyas. Tú decide la mejor postura, ellas están prevenidas. Piel atemperada. Partes íntimas súper sensibles”, decía un aviso.


Comprendí que así como hay dinero plástico (tarjetas de crédito), también existían “mujeres plásticas”: damas casi de verdad. Su precio fluctuaba entre los seis y nueve mil euros, según los aditamentos que se te ocurrieran: color de pelo, juegos de lencería, pestañas postizas, zapatos, etc. Supongo que para los catalanes salía a cuenta. Más aun sí después de llevarlas a casa, aparte de permanecer eternamente jóvenes, nunca te pedirían un trago, gustitos, ropas y otras exigencias habituales, que un varón delicado jamás puede negar a su consorte. Y lo más importante: nunca te dirían que no.


No se podría acusar a la Real Dolls de machista pues, también fabrica “hombres de plástico”, igualmente, mejores y más resistentes que los de verdad. En la tienda, al igual que Nuria, estaban Ken y sus camaradas. Los había de los tipos más variados: blancos, morenos, chinos, con pelo rubio, negro, lacio, ensortijado, etc. Como Nuria, posaba desnudo al lado de sus compañeros. Lucía atlético, protuberante y con glúteos muy marcados, a la vista de cualquier dama (o “varón moderno”). En la tienda había muchas señoras, todas mayores de edad. Sin empacho y despreocupadas, preguntaban las bondades y el precio de aquellos mancebos, que oscilaba entre los seis y nueve mil euros. Dependía del látex o silicona empleado para hacer útil a Ken, o del tipo de batería que lo hacía un amante duradero y vibrante.

Comentarios

Anónimo dijo…
Hola
Anónimo dijo…
Edy: esas chicas, las primeras, siempre me han gustado. Buena crónica. Luis.
Anónimo dijo…
ESTA MEJOR

PERO ESO DE QUE LA CURIOSIDAD SOLO FUE ACADÉMICA , DEBE HABER MUCHOS QUE NO TE CREEN, COMO NO NOS GUSTAN LAS MUJERES

SOBRE TODO SON ...DEL VIEJO MUNDO

GOYO
Anónimo dijo…
Y tu crees que te vamos a creer que no hiciste nada con la catalana.
Anónimo dijo…
Esas chicas son siempre bienvenidas en cualquier circunstancia.

Roberto B.
Intenciones académicas, es cierto, también se les puede llamar así. El mundo de la prostitución es tan glamoroso y tan vulgar a veces. en resumen, es tan humano.

Saludotes
Anónimo dijo…
Deliciosa, como la margarina...
Richard Chavez dijo…
interesante crónica. te he anexado a mi blog, de vez en cuando te clickeare para leerte.
saludos.

richard chávez
Anónimo dijo…
Gracias, Richard. Me gusta tu blog. Te estoy leyendo.
Hay escenas divertidas y otras con desbarajustes emocionales, pero todas escenas candentes con estas muñecas, las pueden ver en la serie americana NIK/TUCK, si la de los cirujanos plásticos...
Por cierto lei este articulo en el diario Puneño Los Andes, de ahí que encontré este blog.... saludos desde mi azul lago lunar...
Anónimo dijo…
Hola, saqrangel: Sì. Esas chicas son para desiquilibrarnos emocionalmente.

En realidad, todas las crònicas que voy colgando han sido publicadas en algunos medios de comunicaciòn, entre ellos en el diario "Los Andes" de Puno.

Estoy leyendo tu blog.

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