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Mostrando las entradas de diciembre, 2008

Jo-jo-jo-jo...

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El pavo de navidad me está mirando. Dentro de una bolsa de plástico, yace sobre la mesilla de la cocina. Dice que tiene nueve kilos de peso. ¿De carne o de hielo? No lo sé. A su lado se yergue una cristalina botella de pisco, y un par de jeringas hipodérmicas, que lo acompañan, parecen decir “¡Tengo sed!”. Más allá, con un talante más bien tristón, están diseminados un manojo de pasas y castañas. Especias convertidas en polvitos multicolores salpican aquel escenario. Junto a ellos, un cuarto de kilo de carne molida de res y otro tanto de cerdo se aprestan a dar su cuota para que, a la media noche y con unos villancicos acariciándonos los oídos; el ave de la nariz colgante regale a nuestros paladares sus deliciosos sabores. Pero, a diferencia de años pasados, cuando las campanas anuncien el nacimiento del niño Dios, no habrá cajitas de regalos bajo el árbol de navidad. ¿Por qué? Cierta vez, Miluska, mi encantadora hija, me preguntó si, de verdad, Santa Claus existía. También, si era ci

El alien que llevamos dentro

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Todos llevamos un alien dentro. Se oculta entre los miles de millones de células que habitan en nuestro cuerpo. Cual “fedayín” fundamentalista, porta una mortal bomba de tiempo en la mochila. Cuando la activa, por alguna extraña razón y sin que nuestro cuerpo lo requiera, provoca la modificación genética de alguna célula sana, y su crecimiento desquiciado y sin control. El sólo hecho de evocar su nombre, provoca temor: se llama cáncer. Es un alien perverso. Agazapado, espera durante años la ocasión para activar su letal carga. Así ocurrió con mi madre, Victoria, hace dos décadas. De improviso, cayó bajo sus garras cuando, llena de vida e ilusiones, apenas asomaba a los cuarenta y seis años de edad. En una ocasión viajó a Cusco, lo recuerdo como si fuese ayer. A los dos días estuvo de vuelta en casa. ¿Qué había ocurrido? Sólo dijo que, sorpresivamente, sintió mareos, que sentía caer su cuerpo por el lado derecho. Pensó que era el mal de altura. Fue al médico. Luego de examinarla, le ord